PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

domingo, 2 de octubre de 2011

LA DE "LA CAL, " AYER FUE DE "ARENA"

FERIA DE ARNEDO
1 de octubre de 2.011
Cuarta novillada de feria

Novillos de: "PRIETO DE LA CAL", bien presentados, en tipo, mansos y descastados. Tan sólo el segundo tuvo un poco más de raza que sus hermanos.

Novilleros:
ALBERTO DURÁN: (barquillo y oro)
Casi entera atravesada y descabello. Silencio.
Tres pinchazos, casi entera atravesada y
cinco descabellos. Silencio

EMILIO HUERTAS: (teja y oro)
Contraria delantera. Silencio.
Media que se traga y tres descabello. Silencio.

JAVIER JIMÉNEZ: (azul y oro)
Estocada atravesada que hace guardia, aviso,
tres pinchazos y descabello. Silencio.
Estocada contraria. Silencio.

Incidencias: Algo más de media entrada, sin llegar a los tres cuartos, en tarde con buena temperatura en el interior del recinto.

Presidencia: Correcta, sin complicaciones. Deberían haber esperado más para cambiar el tercio del 5º de la tarde por dar muestras más que claras de estar complétamente inválido, debiendo éste haberse devuelto a los corrales.

En este tipo de ferias de novilladas punteras, si se precian de eso, no debería premiarse a ningún novillero que no de muestras de tener conocimientos de lo que es una lidia, y todo lo que conlleva, es decir: parar al novillo correctamete, ponerlo en suerte como es debido, y tener un mínimo de conocimiento de los terrenos.
Cuando tienen que irse a los medios se quedan en el tercio, y cuando tienen que cerrar un poquito más al toro hacia las rayas se empeñan en quedarse en los medios. Así tenemos un fiesta falta de toreros con oficio, que toman la alternativa por cortar orejas y luego desaparecen de los carteles (si no tienen padrinos), por ser incapaces de enfrentarse al de los "rizos", con total seguridad de lo que hacen. Haber cuando nos vamos a dar cuenta de una vez de que, el toro sin toreros no es nadie, pero el torero sin toro tampoco.

La de ayer fue sin duda la de Arena. La novillada de Prieto de la Cal no fue buena; descastada y con poca opción al lucimiento. Tan solo primero y segundo tuvieron interés para el aficionado. De ahí para adelante el descastamiento y la mansedumbre fue la tónica general de los cuatro restantes. Ni si quiera hubo uno que pelease en el caballo, más bien al contrario, solamente el primero se dejó pegar en una sola vara. El segundo,. manso pero encastado, es el único que rompió con calidad por ambos pitones, sin comerse a nadie, y tampoco lo aprovechó Emilio Huertas. Mi pregunta es la de siempre, ¿qué más quieren?.
Si ayer ese segundo novillo, en lugar de llevar el hierro que llevaba huebiese llevado el de algún bodeguero o de alguna inmobiliaria, seguro que se lo hubiese tomado de otra manera.

Decía que el primero de la tarde fue el único que se dejó pegar en una sola vara. Pésimamente lidiado por la cuadrilla de Alberto Durán, el novillo fue noble, y repetidor pero tobillero. Dificultad esta que no supo solventar Durán, debiendo haberse doblado por bajo con el animal, y una vez parado este haber dado un poquito de distancia. Pero ya sabemos que, hoy en día, a cualquier novillero (y matadores de toros consagrados), los sacas del "a, b, c..", y ahí terminan.
El segundo de su lote fue un toro blando (casi inválido) que solamente se defendió, no dando opción a prácticamente nada.

Sin duda Huertas se llevó el único toro potable de la novillada, el único que rompió con calidad por ambos pitones. Manso, recibió tres picotazos, pero de todos ellos huyó. Pese a querer no fue capaz, ni de aguantar, sin mando y con excesivas precauciones.
El quinto debió haberse devuelto a los corrales por inválido. Soso y sin codicia alguna, debió pasaportarlo mucho antes.

Javier Jiménez tuvo el lote más deslucido, sin duda. El que hacía tercero de la tarde, manso como sus hermanos, fue del único que podía haber sacado un poquito más. Pero lo dicho: el "a, b, c..." y no me pidas más. A este novillo debió atacarle un poquito más, andándole para adelante y haberle provocado más con la voz.
El que cerraba plaza fue un inválido que también hubo que haber devuelto. Sin recorrido, al segundo muletazo claudicaba encuanto se le obligaba lo más mínimo. Jiménez alargó en exceso una faena que debió, sin duda, dar mucho antes por finalizada.

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