Solamente un torero ha sido capaz de hacer saltárseme las lágrimas y emocionarme en una plaza de toros, Don Rafael Soto Moreno. RAFAEL DE PAULA.
Hoy comenzaba la corrida en Las Ventas de Madrid, y lo primero que dije a otro aficionado, tras dar las buenas tardes, ha sido: "A ver si "El Cid" tiene hoy su tarde"...
Dicho y hecho, y no porque yo lo dijera... saltó el cuarto toro de la tarde y "El Cid" ha destapado su particular tarro de las esencias y la ha espolvoreado por el coso venteño, poniendo de acuerdo a todo el espectro taurino.
Manuel Jesús ha toreado hoy como sólo torean los dioses de este arte tan complicado. Ha soltado esa esencia, que cuando salta como hoy a un coso, es capaz de arrancar lágrimas de emoción, de sentimiento y de alegría incontenida. De poner los pelos como escarpias. De las manos de "El Cid", de las dos, ha brotado hoy el toreo puro, hecho arte grande, arte del caro, del que sólo las grandes figuras son capaces de hacer y de interpretar. Hoy no sólo ha HECHO el toreo, LO HA DICHO. Y lo de menos es que la espada no haya entrado, el toreo, la esencia... ahí ha quedado.
Hoy "El Cid" nos ha dado una lección de toreo, de torería y lo que es más importante: nos ha hecho recordar que a un TORERO, siempre hay que esperarlo. Quizá hubo algunos que lo "enterraron" hace tiempo, y hoy han recibido esa lección que no debemos olvidar nunca los aficionados: SABER ESPERAR. Y como "El Capeador", este Cid, ha ganado su batalla más importante después de "muerto".
Hoy Manuel Jesús "El Cid", ha ganado para siempre, por mi parte el DON por delante.
Desde hoy será para mí: DON MANUEL...
