Hoy torea "PAULITA"

Siempre he dicho que si Dios hubiese sido torero se hubiese llamado Rafael. Rafael de Paula.

"Paulita", así dicen que se apodaba Rafael Soto Moreno de novillero, antes de ser quien fue. Lo que sí sé es que, "Paula", yo creo, no fue, ni es, ni será nada de lo que hoy en día son todos estos que pululan por la fiesta, con aires de grandeza; "figuras" encumbradas antes de tiempo, sin causa que los justifique, que se engallan y que no dicen ni "pío".

Hoy torea "Paulita".

En mi memoria queda todavía la gran faena que realizó en... ¿2.001? (este invierno repasaré mis notas), a un novillo de "Los Bayones", en el "Zapato de Oro" de Arnedo.

Media docena de verónicas lentas, cadenciosas, doliendo... Con la muleta fue capaz de parar el tiempo, con la elegancia de "Dios" (siempre salvando las distancias, porque "Dios" sólo hay uno).

De haber sido otro, otro lugar, otro tiempo, la faena de "Paulita" era digna de que la hubiese cantado algún poeta. Hoy por mucho menos, se alaban y "cantan" faenas de menos calado.

Hoy en día, por desgracia, los aficionados, el público, tenemos un gran defecto: no sabemos esperar a los toreros. Y "Paulita" es uno de esos a los que hay que saber esperar.

Hoy torea "Paulita"...

Ojalá esta tarde "Paulita" nos diga "algo", un poquito; que los aficionados salgamos de la plaza serenos, calmados por la brisa de un lance; por las notas silenciosas de una "sinfonía" de toreo puro; a ver si hoy la música que suena es la música del silencio... esa "música callada del toreo" de Bergamín.

Regálanos dos notas, "Paulita", sólo dos; dos verónicas, tan sólo eso... Porque los aficionados estamos hartos de tanta vulgaridad.

Y si Dios quiere, que nos regale también un toro bravo.