PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

lunes, 12 de septiembre de 2011

"VIRIATO" NO SALVÓ LA FERIA

FERIA DE PERALTA
11 de septiembre de 2.011
Quinta novillada de feria

Novillos de: “GANADERÍA DE URCOLA”, muy mal presentados, mansos y descastados los cinco que se lidiaron; y un sobrero de “Concha y Sierra” igual que los titulares.

Novilleros:
CRISTOPHER SÁNCHEZ: (gris perla y oro)
Dos pinchazos y media atravesada. Silencio.
Pinchazo hondo y dos descabellos con aviso. Silencio.

JESÚS FERNÁNDEZ: (verde botella y oro)
Estocada contraria y dos descabellos. Silencio.
Bajonazo. Silencio.

JAVIER ANTÓN: (verde botella y oro)
Media baja y descabello. Silencio.
Pinchazo y bajonazo. Silencio.

Incidencias: Tarde nublada, buena temperatura con la mitad del aforo cubierta. Cristopher Sánchez y Jesús Fernández sustituían a Daniel Morales y Víctor Abad por cogida los días previos a la novillada; ayer sí había partes médicos en taquilla. Los novillos de “Urcola” no lucieron la divisa reglamentaria azul y blanca, sino la del hierro de “Victorino Martín”, azul y grana.

Presidencia: a cargo de D. Carlos de Miguel y D. Juan Félix Castillo, cumplieron correctamente con su cometido.

Fernando Claramunt López, doctor en Medicina y ex-profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en su obra “Del prado a la arena”, hacía referencia, en uno de los capítulos, a Victorino Martín. El capítulo de la obra hace un recorrido por la geografía ibérica de todas las zonas ganaderas que poblaron la península desde los inicios hasta nuestros días. En dicho capítulo hace una comparación mediante metáfora de Victorino con Viriato, el líder guerrero portugués que fue, según cuentan “terror romanorum”. Dice así, D. Fernando Claramunt:

Viriato dudo entre inventar el rejoneo o la “pega” de los forcados portugueses. Recorrió casi toda la península al galope. El día de su boda hizo una fiesta, costeada por su suegro Astolpas, ganadero rico; de pronto, cogió a la novia del talle, la montó en su caballo y se la llevó al monte sin más pamplinas. La silueta de Viriato se adivina en los encinares de una finca llamada “Monteviejo” a mitad de camino de Coria a Moraleja, en la provincia de Cáceres. Si tarda en aparecer, vale la pena bajar hasta el embalse de Alcántara, término de Pozuelo; la finca se llama “Las Tiesas de Santa María”. Amigos lusitanos y nosotros mismos nos quedamos con la duda: ¿Se trata del auténtico Viriato o es el ganadero Victorino Martín? Puede tratarse de Victorino padre o hijo, que a más de ganadero es veterinario. Con el debido respeto, no hay mucha diferencia. Buena gente, braveza ibérica, clase y regusto montaraz en uno y otro caso”.

Esto mismo se preguntaban muchos en Peralta cuando vieron aparecer a Victorino con su sombrero y su gafas de sol. Y como los lusitanos al líder guerrero, esperaban otros a Victorino Martín padre o hijo, da igual, para salvar, no al pueblo sino una feria que venía cuesta abajo y sin frenos. Como sin frenos venía el novillo que estrellaron y “asesinaron” contra un burladero el viernes por la tarde. El único novillo del encaste Vega-Villar que traía “Viriato” en su encierro.

La novillada del hierro de “Urcola” no había pisado con muy buen pie la arena de Peralta, ya en el desencajonamiento del viernes. Tampoco agradó mucho la presentación que traía el resto de la novillada, estos de la rama “urcola”, con carita y astifinos, pero escurridos y sin remate alguno. Mansos, huidizos y descastados, no dieron opción alguna al lucimiento, por lo que cargar tintas contra los actuantes no sería de total justicia.
Así quedaron, prácticamente inéditos, la terna de novilleros que actuaban esta tarde, y nadie sabía contra quien cargar, si contra ellos o contra el ganadero. Que de otra manera habría sido también injusto, en mi opinión. Porque había algunos que sabían “lo que había”. Pero esto lo dejaré para días posteriores, porque no quiero hablar en caliente.

El francés Cristopher Sánchez, anduvo dubitativo ante un novillo reservón, desrazado y manso, al que tan sólo hizo probar por ambos pitones y matarlo porque tampoco había para más. Con el cuarto estuvo más dispuesto y queriendo hacer las cosas bien a un novillo que salía siempre con la carita arriba y siempre queriendo marcharse. Pese a todo consiguió ligar un par de muletazos por cada pitón, pero sin continuidad. Ahí quedó su actuación.

No tuvo mejor suerte Jesús Fernández con su lote, el primero del hierro titular, de igual comportamiento que sus hermanos y sin opción a lucimiento alguno. Ante el sobrero de “Concha y Sierra”, no menos descastado que los titulares, duda y no se confía (tampoco debía hacerlo), con un novillo, que miraba mucho, reponía y que tampoco era tonto.

Y Javier Antón quedó inédito con dos novillos cortados por el mismo patrón, que no dieron la más mínima opción a ponerse tan siquiera delante.

Con este material, podrán hacerse una idea de las lidias que pudimos ver. Esperpénticos pares de banderillas, lidias sin control, en fin... que “Viriato” no salvó la feria.
Una feria, que en mi opinión, el jurado debería haber dejado todos, absolutamente todos los premios desiertos. Pero no fue así. Mi pregunta es: ¿a quién quieren lavarle la cara, algunos?

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