PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

miércoles, 28 de septiembre de 2011

CASTA AGUADA

FERIA DE ARNEDO
27de septiembre de 2.011
Primera novillada de feria

Novillos de: “LA QUINTA”, desiguales de presentación y juego, nobles y manejables los seis, destacaron los encastados 1º y 2º; no hicieron ni un mal gesto que pudiera molestar a los novillero. Todos cumplieron en un puyazo; el 3º y el 5º empujaron y recargaron. Al 3º le dieron un fuerte puyazo, 3 en 1.

Novilleros:
MATHEU GUILLÓN: (obispo y azabache)
Agresión, pinchazo y estocada atravesada. Silencio
Bajonazo alevoso. Silencio.

DAMIÁN CASTAÑO: (grana y oro)
Estocada caída. Oreja
Tres pinchazos y estocada atravesada. Silencio.

RAFAEL CERRO: (purísima y oro)
Dos pinchazos y estocada. Silencio.
Pinchazo, aviso, pinchazo y estocada atravesada. Silencio

Incidencias: Media entrada escasa en tarde calurosa. No abrieron la cúpula que cierra el recinto y hubo protestas. Se desmonteró el subalterno David Adalid por dos buenos pares al segundo de la tarde. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio.


No harán falta ni políticos ni antitaurinos para matar todo lo que de interesante, puro y propio tiene la fiesta de los toros. No harán falta, porque están siendo los taurinos, los profesionales de los toros y de los medios de comunicación del ramo, los que están dando la puntilla a esto que llaman fiesta de los toros. Se irán cargando poco a poco las ganaderías provenientes de encastes que no interesan, que molestan, que miran un poquito más que otros. Y se quedarán tan tranquilos buscando culpables entre los que pasamos religiosamente por taquilla.

Por otro lado los toreros deben meditar si lo que nos ofrecen está a la altura de lo que tienen delante, o de lo que está propiamente denominado como TOREAR. Hoy en día no existe ni uno solo que sea diferente a otro. Ni si quiera en personalidad. Hoy no ves mas que toreritos afectados, sin un ápice de torería en el ruedo. Eso sí, fuera de él, la mayoría parecen el mismísimo Manuel Rodríguez Sánchez, "Manolete", por si alguno no lo conoce por su nombre de pila.


Casta aguada; ni gota de lo que eran. Así fueron los seis novillos que Álvaro Martínez Conradi envío hasta el "Arnedo Arena" para inaugurar una nueva edición del "Zapato Oro" 2.011. Ni gota de las casta exigente que antaño tuvo esta ganadería; los de ayer parecían seis borreguitos pidiendo perdón más que vendiendo cara su vida. Y menos mal. Pero ni aún así. ¿Qué más quieren? Los aficionados salíamos de la plaza sin terminar de convencernos con la novillada. Yo por lo menos, así salí. Hubo dos, 1º y 2º, especialmente el primero que tuvieron casta, se vinieron galopando, humillaron, fueron largos y se entregaban en cada embestida como lo tiene que hacer el toro bravo. Pero faltaron ideas, mando, temple, quietud, decisión y ganas de ser torero entre los actuantes.

Imperdonable lo de Matheu Guillón ante ese primero, el mejor sin duda, de la tarde. Un novillo de excelente embestida por ambos pitones, que sorprendió y desbordó en todo momento a un Guillón incapaz de presentar la muleta como es debido, y menos capaz todavía de mandar y templar las buenas embestidas de un novillo que dejó sin picar, más por ignorancia que por falta de fuerza. Ante el cuarto quiso "lavar" la pobre imagen dejada en el primero, sin ser capaz de mejorar la imagen que había dejado. Más de lo mismo, encimismo y poco conocimiento de lo que puede ser andar a los toros por la cara.

Castaño comenzó bien la faena al segundo de la tarde, al que no supo bajarle la mano, ni torearlo por debajo de la pala del pitón, ni perderle un paso para dar un poquito más de aire al novillo. Una estocada de efecto rápido y fulminante fue suficiente para que una blanda presidenta concediese una oreja, por no sabemos bien qué. Con el quinto continúa en la misma linea, y aunque el novillo no era de mejor condición que su primero, de nuevo no pierde pasos y le espera con la muleta retrasada, ejecutando pases sin mando y siendo desbordado.

Rafael Cerro no mejoró la actuación de sus compañeros. Ventajista, vulgar y pesado en sus dos oponentes, debió andar más por la cara a sus dos novillos y dar más distancia de la que dio. Dijo poco; más bien nada. Por cierto... en el  sexto hizo un quite que me gustaría saber qué fue aquello.

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