PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

domingo, 21 de agosto de 2011

UN BUEN "RECITAL"

FERIA DE TAFALLA
20-08-2.011

Sexto festejo de abono

Toros de: “LOS RECITALES” anovillados los tres primeros, con más cuajo los otros tres. 1º, 3º, 4º y 6º bravos y encastados; 2º, encastado; 5º manso, encastado.

Toreros:
ANTONIO FERRERA: (Verde esperanza y oro)
Pinchazo hondo y dos descabellos. Ovación con saludos.
Pinchazo y bajonazo con aviso. Oreja.

OLIVA SOTO: (Nazareno y oro)
Dos pinchazos y once descabellos. Silencio
Estocada atravesada que asoma, aviso y seis descabellos. Silencio.

RUBÉN PINAR: (Burdeos y oro)
Bajonazo. Oreja.
Pinchazo hondo y descabello. Dos orejas.

Incidencias: Tarde de calor bochornoso, con algo más de media plaza ocupada. Oliva soto sustituía a Iván Fandiño cogido ayer en Málaga. Rubén Pinar debutaba en Tafalla. Antes de saltar el primer toro, se le entregó una placa al ganadero por cumplir diez años consecutivos lidiando en la plaza Tafallesa.

Presidencia: Generosa en la concesión de trofeos, no controló muy bien los tiempos de faena y de haberlo hecho correctamente más de un matador se hubiese llevado un “susto”. Sirva de ejemplo que en el sexto sonó el aviso a los 13 minutos medio de cambiado el tercio.


La tarde era calurosa, bochornosa, y veinte minutos antes de la corrida no se veía excesivo ambiente por los aledaños de la plaza. La ganadería anunciada, con un gran cartel en esta ciudad, cumplía su décimo año consecutivo lidiando en el coso tafallés, por lo que el Club Taurino de Tafalla condecoró a la ganadería con un reconocimiento por el interés y esmero que el ganadero pone cada año en agradar a la afición de Tafalla.

Antes de la corrida, en algún corrillo de aficionados, las expectativas no pintaban claras, puesto que el viernes por la noche la corrida de esta misma ganadería no fue buena. Comentábamos que la corrida del domingo de Resurrección en Madrid no fue tampoco buena que dijésemos. Pero lo que son las cosas, y sobre todo el toro, la tarde nos deparó una gran sorpresa, y como digo en el título “un gran Recital”.

Se puede entender como “buen Recital” el espectáculo de la corrida en conjunto (entiéndase de los toros, porque los matadores dejaron mucho que desear), o puede entenderse que hubo un buen toro (que lo hubo). Uno no, varios y de toda condición, desde el encastado primero, pasando por el maso quinto pero que rompió a excelente en la muleta, con muchísimo poder, pasando por el bravo y noble cuarto, y terminando con el bravo, encastado y noble sexto, de nombre “Adaptador”.

Lo que fue una lástima que la corrida no se parase correctamente con el capote, se colocasen los caballos en su sitio y que los toros no se pusiesen en suerte una segunda vez y de largo, puesto que casi todos metieron la cara abajo en el peto como lo debe hacer un toro bravo. Recargaron y no se fueron sueltos, excepto el quinto que como dicen los franceses “cantá gallina”. También fue una lástima que los matadores no se “enterasen” de lo que tenían delante, y acortasen los terrenos donde los toros no querían absolutamente nada, pero que cuando se les daba un instante de reposo y el matador se iba, los toros se venían con un tranco excelente, metiendo la cara y desplazándose largo, pidiendo valor, mando y mano baja.

Si los tres primeros fueron anovillados, los otros tres estuvieron muy bien presentados. Definir quién se llevó el mejor lote sería complicado porque los tres tuvieron materia prima para haber dado una gran tarde de toros. Pero el toreo está como está y no lo voy a cambiar yo. Así Antonio Ferrera, en el que abría plaza, no se acopla con el capote (de hecho ninguno de los tres lo hizo), pone banderillas y no precisamente en una “perra chica”; como se dice, “hasta el rabo todo es toro”. Con la muleta cita en corto fuera de cacho, torea para afuera y no se acopla por ninguno de los dos excelentes pitones. Con el excepcional cuarto, da distancia pero el toro le desborda, decidiendo a continuación acortar los terrenos. Una lástima porque aunque quiso no pudo, estando en su línea de actuaciones.

El “triunfador” de la tarde fue Rubén Pinar, este “producto” del televisivo Molés; uno de estos que se empeñaron los del “plus” que tenía que ser figura y ahí que lo colocaron.
Con el tercero de la tarde estuvo siempre fuera de cacho, con la muleta retrasada y casi siempre fue sorprendido por el pitón derecho. Por el magnífico izquierdo más de lo mismo, siendo cogido sin consecuencias por culpa suya, al citar fuera de cacho y con la muleta retrasada. Es zarandeado al entrar a matar, recibiendo un puntazo en la mano izquierda. Pasó a la enfermería para volver mediada la faena del quinto.

Con el bravo sexto, que hizo una buena pelea en varas (muy bien cogido y picado arriba por el picador David López, sujetando, no barrenando como el resto de sus compañeros), con la cara metida abajo del peto y recargando, Pinar estuvo vulgar hasta mediada la faena que posteriormente paso a ser de lo más mediocre, tirando a mala. Y “esándole” una geta impresionante pasó al toreo verbenero y de masas, encimista, vulgar y pesado, en el que debieron sonarle dos avisos antes de entrar a matar. Al que, con un pinchazito hondo y un descabello, el público le pidió las dos orejas, y el político de turno emocionado y con “lágrimas en los ojos” concedió los dos apéndices.

Oliva Soto brindando a "Papá Noél"
Y la pregunta de la tarde es ¿qué necesita un torero como Oliva Soto para hacer el toreo?
Al segundo de la tarde lo atacó en corto y el animal ahí no quería nada, se defendía, ni siquiera lo probó por el izquierdo y tiró por la calle de en medio en menos que canta un gallo.
El quinto fue un toro manso en el caballo, que salió botando del que guardaba la puerta, saliendo suelto del de turno. Pero “hete” aquí que el toro rompió en la muleta con muchísima importancia por abajo, con codicia, recorrido, nobleza y calidad, para desbordar al camero por momentos, y sorprenderlo siempre.

Así que si Pinar fue el “triunfador”, el gran TRIUNFADOR fue sin duda el ganadero. Que por cierto, me recuerda... a Papá Noél... por aquello... de la ilusión. Ya saben...

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