!VAYA PAR DE BANDERILLAS¡

Peralta 5 de septiembre de 2010

Primera de feria

Novillos de: "Peñajara de Casta Jijona", justos de presencia, alguno se tapó con la cara, descastados y escasos de fuerzas.

Gómez del Pilar: (berenjena y oro), oreja y oreja.

Emilio Huertas: (verde manzana y oro), ovación y silencio.

Alberto López Simón: (blanco y oro), ovación y silencio.

Presidencia: A cargo de Juan Jesús Basarte, asesoradado por J. Jesús Asín, cumplieron bien con su cometido; generosa en la concesión de los trofeos; con poco control del tiempo de los avisos. El sexto podía haber sido devuelto a los corrales de haber cumplido con el reglamento.

Incidencias: Algo menos de media entrada en tarde calurosa, con sensación de bochorno. El banderillero Miguel Ángel Sierra sufrió una aparatosa cogida que le produjo una cornada de doce centímetros en el muslo derecho produciéndole desgarros musculares.

Y es que ayer el mérito fue, sin duda alguna de los subalternos. Acostumbrados a los esperpénticos espectáculos que algunas cuadrillas nos dan cuando sale el toro complicado, lo de ayer fue digno de elogio. Todas las cuadrillas se aplicaron en hacer las cosas bien. Pero por encima de todos destacó un subalterno que ya conoce la mieles del triunfo en la plaza de Peralta. Su nombre José Otero. Magnífico en la lidia del segundo de la tarde, al cual hizo una brega excepcional, llevando en todo momento al novillo toreado, embebido en los vuelos del capote, largo y limando ciertas asperezas del animal. Pero no quedó ahí su hacer. En el quinto, el novillo más agresivo, más alto y feo de la tarde, que se defendía y echaba la cara arriba, puso un tercer par de banderillas soberbio.

Ver un par de "poder a poder" hoy en día es cosa complicada, ni en los de plata, ni en los matadores banderilleros que nos "jartan" a pares al violín, quiebros ventajistas y carreras de fondo inútiles para dejarlos caídos a toro pasado. El que puso ayer José Otero no era de estos. Se dejó ver, se gustó, citó, cuadró en la cara del novillo y salió apoyado en los rehiletes, andando y con torería. Sin duda un gran par que mereció, y ganó, una de las ovaciones más largas que se han escuchado en Peralta hacía muchos, mucho años.

Otra cosa fue el hacer de los novilleros que sin ser del todo lucido, cuando menos, pusieron interés en justificar su presencia en el cartel. Esto no quiere decir que estuvieran bien, ni mucho menos. Gómez del Pilar anduvo ventajista durante toda la tarde pese a cortar una oreja de cada oponente, gracias a la generosidad del público y de la presidencia, que no valoró la defectuosa colocación de la espada. Sin duda la estocada de efecto rápido al primero tuvo mucho que ver en la petición de la oreja. Con el cuarto, inválido, alto, feo y agresivo, que estuvo a la defensiva, aguantó tarascadas sin tener opción al lucimiento. Esta vez sí, aunque cayó la estocada "pelín" caída, ejecutó la misma con derechura y se le pidió la oreja.

Emilio Huertas nos albardó a derechazos en el único que tuvo algo más de raza, con recorrido y clase en la muleta, que fue el segundo de la tarde. Aunque el pitón izquierdo era mejor todavía que el derecho, el novillero no quiso verlo. El animal pedía mano baja, y sin duda Huertas no fue capaz. Y me sorprendió, sea dicho, porque los cites fueron de frente y con la muleta por delante, dando distancia. No es menos verdad que al segundo muletazo le desbordaba el novillo, sin ser capaz de solventarlo.

López Simón sorteó el peor lote. Un colorado que tomó bien el capote, pero se fue viniendo a menos, para terminar rajado y a la defensiva como casi todos sus hermanos. Con el sexto, inválido, al que además permitió que le pegasen un fuerte puyazo, intentó instrumentar muletazos que el novillo no tenía poniéndose demasiado pesado. Tanto que, si la presidencia hubiese tomado bien el tiempo y no lo hubiera alargado, el novillo debería haber tomado el camino de vuelta a los corrales.