2ª de abono
Novillos de la ganadería de "PIEDRAESCRITA", bien presentados nobles, manejables, con buenas intenciones pero inválidos y bajitos de casta los cinco primeros; con más fuerza el sexto, manso "pregonao" y descastado. Ninguno desarrolló peligro. Más de uno debió ser devuelto a los corrales.
Angelino de Arriaga: (turquesa y oro) saludos y silencio
José Arévalo: (barquillo y azabache) saludos por su cuenta y silencio
Victor Barrio: (grana y oro) silencio y silencio
Presidencia a cargo de: Noelia Moreno asesorada por Pedro Carra y el veterinario de turno, del que no tengo noticia, no cumplió correctamente su cometido ni antes, ni durante el festejo. Hubo de devolver algún novillo, antes y después de saltar al ruedo, en especial el tercero de la tarde, que fue protestado por el público desde que salió.
Incidencias: un cuarto escaso de entrada, en tarde soleada y con buena temperatura. Se abrió la cubierta, y se terminó con luz artificial.
Si las grandes figuras del torero y los ganaderos antiguos levantasen la cabeza y viesen en qué se está convirtiendo el toreo y la cabaña brava, pasarían vergüenza. Como vergüenza pasamos los aficionados que allí nos encontrábamos, al salir por la puerta de chiqueros la invalidez más absoluta y nadie protestaba, hasta el tercero, y cómo la presidencia hacía oídos sordos. No miento, y tengo testigos, si les digo que los cinco primeros novillos de la tarde, pasaron por una hipotética e imaginaria suerte de varas. El caballito con su "soldadito" lanza en ristre salía, daba la vuelta al ruedo y se volvía a retirar, hasta el siguiente turno (entiéndase novillo). No se les hizo sangre ni para un "analís".
Nadie conocía la ganadería anunciada, pero como pone en los papales que la procedencia es "núnezdelcubillo", parecía estar escrito que no podía fallar y que iba a ser la "pera limonera". Y claro, como una ganadería se hace en cuatro días, y ésta además, viene de "familia acomoda-da", que diría Tip, pues la ponemos en una feria de pitiminí para ir contrastando los productos. Y es que, el "eXperimento" que se hizo ayer con la novillada de "PIEDRAESCRITA", fue un bochorno. Y mucho tendría que decir el equipo veterinario y el que no es veterinario. Me gustaría saber qué reconocimientos se le hicieron a esta novillada. A ver si nos enteramos ya de una vez.
Primero: la presidencia debe interceder por los derechos de los espectadores.
Segundo: Ser presidente de un festejo no es subirse al palco con unos asesores y dejar el peso en ellos.
Tercero: Un presidente debe estar en todo momento pendiente de la novillada o corrida que le toque presidir. Es decir: desde que se desembarca, pasando por los reconocimientos obligatorios. Y es la máxima autoridad para aceptar y rechazar toros. Y una ganadería como la de ayer, "recién nacida", en una feria como la de Arnedo, debería haber sido revisada de cabo a rabo. Y parece que no fue así.
Claro luego va el que pasa por taquilla, paga 30 euros y protesta porque le han dado gato por liebre y al único que tiene a mano para reclamar es al presidente del festejo, que es quien debe velar por la integridad del espectáculo y por los intereses de los espectadores.
Así, fueron saltando al ruedo del Arnedo Arena, que dicho sea de paso, no le llega a la vieja plaza ni a la suela del zapato, y nunca mejor dicho, en tierra de zapatos y buenos, cinco inválidos y un manso "pregonao" que cerró plaza. Y se vieron las caras con tres aspirantes a figuras del toreo, o lo que quede del toreo.
Angelino de Arriaga topó con dos inválidos con los que no pudo más que justificarse, hasta el punto de ponerse pesado en sus dos novillos. Con el primero no terminó de acoplarse a las dóciles y rebrincadas embestidas del novillo. Y con el cuarto debió irse antes a por la espada, que usó muy mal
A José Arévalo, le correspondió en suerte el lote que más transmitió, porque fue a los que menos se picó quedando enteros los dos novillos. Si tulliditos estaban de salida, él terminó de molerlos a mantazos y trapazos, tanto con capote y muleta, por no hablar de los tercios de banderillas que nos brindó. Si bien tuvieron "castita", les faltó toda la fuerza del mundo y se quedaron sin picar, atreviéndose alguien a aplaudirlos en el arrastre. Se olvidan que estamos en una novillada CON PICADORES y no en un festejo de promoción.
Víctor Barrio, bregó con el lote más deslucido del encierro, quedando practicamente inédito, en una tarde para el olvido. Lo que no quita tampoco para que a la hora de matar se hubiesen entregado y haber logrado, o intentado, matar bien. Cosa que no hizo ninguno.
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