SOBRE EL TORO DE LA VEGA

Resulta chocante que en tiempos de democracia y libertad, el personal ande pidiendo prohibiciones. Y todavía resulta más chocante, cuando los que gritan "prohibición", son los mismo que piden libertad de expresión, derecho a manifestarse, gritan abajo la censura, y demás demagogia barata y chusquera  que nos han traído (gracias a Dios), las leyes de una constitución, amparada en esa libertad, que ellos piden según les convenga.

Un año más, ayer día 15, segundo martes del mes de septiembre, como  tengo entendido que manda la tradición, se celebró el tan traído y llevado "TORO DE LA VEGA". Para muchos, fiesta y tradición; para otros tortura...

El Toro de la Vega, es una tradición que data, según mis datos, de la primera mitad del siglo XVI, y es curioso que nadie hasta hace unos 25 o 30 años, se haya pronunciado en su contra con la fuerza con que se hace hoy día. Ni que decir tiene que, los medios de comunicación y las redes sociales han contribuido ha a ensalzar a los detracatores y a los defensores.

Los defensores es comprensible que defiendan su posición y cuando los escucho, me dan razones suficientes para que nadie se interponga en la celebración de una tradición de un pueblo, nos guste o no. Porque si en algo se mantienen y sostienen las fiestas de los pueblos de hoy día, es en la tradición....

Pero los detractores, me dan todavía más argumentos para defender la fiesta en su conjunto y también, cómo no, el Toro de la Vega. Y me las dan, por el mero hecho de que pedir libertad pidiendo prohibición, no es nada coherente. Y mucho menos, cuando ayer estuvo a punto de morir un torero corneado en Salamanca, y muchos de esos detractores de "todo", fueron los primeros en desear la muerte del torero, de un hombre, y hubo que aguantar comentarios lamentables en las redes sociales. Y que precisamente, lo pudieron hacer porque viven en un un país libre (aunque los comentarios fuesen de mal gusto). 

Por tanto, desde aquí, me posiciono a favor del TORO DE LA VEGA. Y al que no le guste, que no vaya. Pero a mí , como aficionado, me gusta tener la misma libertad que cualquiera, para ir adonde se me antoje, sin que nadie me lo prohiba porque sí....

Y a los políticos les pediría menos demagogia bararta por el simple y mero hecho, de decir lo que unos pocos quieren escuchar, con la rastrera y simple intención de decir lo que unos pocos quieren escuchar...