PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

jueves, 26 de septiembre de 2013

QUE INJUSTO ES EL TOREO...

Parece que la presentación de la novillada de Adolfo Martín para la feria del "Zapato de Oro" de Arnedo de este 2.013, no ha gustado en el ambiente taurómaco. Por comentarios que estoy leyendo en la red, parece ser, que a ciertos taurinos les parece "demasiado" fuerte para que se enfrente a ella un "incipiente" novillero. Este es el enlace para el que la quiera ver: http://www.youtube.com/watch?v=cICmyhQhhk4

Pero el asunto, uno más dentro de las polémicas taurinas, no tendría trancendencia de no ser por lo que luego se vienen leyendo. Y parece ser, por comentarios de algunos, que los males de la fiesta ahora los tienen las novilladas excesivamente fuertes que se les pone a los novilleros de hoy en día. Cosa que me parece un despropósito tremendo; no la novillada grande, sino el comentario. 
Es triste el montaje que hay en el mundo del toro para desacreditar ganaderías que no son del gusto de los toreros, y que los pelotas de éstos no dudan en pregonar a los cuatro vientos impregnado las páginas de sus medios de falsedades y comentarios indignos de personas honradas.

Me ha llamado la atención un comentario (no diré nombres para que nadie se sienta ofendido, y porque esto es sólo mi propia opinión, acertada o no, pero mía), que decía, poco más o menos: "que los novilleros de hoy en día van a Las Ventas a la desesperada a enfrentarse a no sé sabe qué; y que van sin el bagaje necesario de novilladas para venir preparado".
Quizá tenga razón; hasta estoy de acuerdo en lo segundo. Pero el panorama está como está y eso lo han convertido en lo que lo han convertido. Si a ello le sumamos que hoy no hay un novillero con personalidad como los ha podido haber años atrás, pues ya tenemos una de las principales causas de que nadie llame la atención, ni ilusione al aficionado, y mucho menos al público que sólo busca una foto con la "figura" de turno.

Y no pongamos cara de incrédulos, porque a ningún aficionado se nos escapa que los que han llegado a figurones del toreo lo han hecho, no solamente a base de esfuerzo, sino a también a costa de tener una personalidad propia, sin querer ser igual que nadie. Todos los demás han sido toreros que han estado en el escalafón, han vivido y malvivido en esto, como lo puedan hacer ahora muchos de estos "desesperados".
Tampoco es menos cierto que muchos han estado ahí porque se han gastado fortunas por un puesto en los carteles y luego han desaparecido como se esfuma una pompa de jabón en el aire.

Yo comencé a darme cuenta de estas injusticias hace unos años, cuando uno tenía el ímpetu del que quiere comerse el mundo, y quería que esto fuese un poco más justo. Y por eso contaré esta breve historia que demuestra, cómo está esto, y porqué no están todos los que debieran, habiéndose quedado en el camino otro muchos que tiraron la toalla porque no tenían un duro.

15 de septiembre de 1.996
Plaza de toros de Sangüesa, Navarra.

En el cartel Luis Mariscal, Morante de la Puebla y un tal Rafael Torres. Si mal no recuerdo la novillada era Enrique Ponce y Ruíz Palomares.
Aquella tarde acudimos a ver la novillada, como siempre lo hacíamos mi inolvidable amigo Rafael Domínguez y un servidor, al reclamo de un novillero que seguíamos desde que era becerrista, y que respondía por el nombre de MORANTE DE LA PUEBLA. El cartel no era malo; Luis Mariscal era el nº 1 del escalafón, Morante era un novillero con personalidad arrebatadora, y el tercero era un desconocido Rafael Torres.
Aquel día, amigos, el desconcido Rafael Torres dio una lección de toreo puro, de personalidad y buen gusto, que dejó a los dos "figurones" de la novillería a la altura del barro. De la plaza salimos locos de contentos por haber "descubierto" otro novillero ilusionante para la siguiente temporada.
Después de la novillada, como teníamos por costumbre cuando íbamos a Sangüesa, nos llegamos hasta el hotel "Yamagochi", a tomarnos una copa, y allí paraba el desconocido Torres. Pegunté a un picador cuantas tardes había toreado, puesto que lo habíamos visto muy bien, y nos contestó que era el segundo festejo desde que había debutado con caballos hacía un par de años.

Durante el invierno me puse en contacto con algunos empresarios a los que creía que podía pedirles el favor de que le echasen una mano a este chaval, y para que le hiciesen un hueco en las plazas que ellos llevaban o en las que tenían un poquito de fuerza. La respuesta fue clara y contundente: "¿Tiene dinero...? Pues si no lo tiene, quítate esa idea de la cabeza"

Con esta respuesta a uno se le quitan las ganas de echar una mano a nadie. Y deja bien a las claras cuál es uno de los males endémicos de la fiesta. De ayer y de hoy.

Pero como el toreo es así de injusto, no tuve fuerza de ponerlo ni la feria de mi pueblo. Y un buen día, año 98, creo recordar, una sustitución de última hora en un festejo, me dice el concejal de festejos:

- ¿A quién ponemos?

Mi respuesta fue contundente:

A Rafael Torres.

Dicho y hecho. Rafael Torres hizo el paseíllo en la feria de Peralta, ante una novillada, cuajada y seria de "Benítez Cubero". 
La mala fortuna quiso que Rafael Torres, pagase con sangre aquella actuación, recibiendo una extensa cornada en el recto.
Y como Rafael Torres ha habido y hay muchos buenos toreros que por no tener un duro para poner y pagarse el coste que les imponen, quedan en el anonimato  con mucho que decir en el toreo y que seguramente quitarían de enmedio a muchos de estos toreritos mediáticos y "figurines" de hoy en día.

Y como Torres he conocido a muchos. 
Así de injusto es el toreo.





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