El único calificativo que me cabe dar a la feria del "Zapato de Oro" de la localidad riojana de Arnedo, es el de: excelente. Hay que quitarse el sombrero señores. Hay que dar la enhorabuena, a la organización por la materia prima reseñada para la feria, hay que dar la enhorabuena al ayuntamiento por seguir confiando en una feria, que tenemos entendido los aficionados, daba unas pérdidas muy elevadas en los últimos años. Todos somos conscientes de la que está cayendo y el esfuerzo no es menor. Y hay que hacerlo, porque parece que los organizadores están dando con la fórmula para que la venta de abonos, especialmente, haya sido todo un éxito, sin llegar a venderse todo, como es lógico. Esa fórmula es anunciar, dar un adelanto de lo que se podrá ver en su feria de San José, en el mes de marzo, por adelantado, teniendo preferencia para volver sacar el abono los que lo han adquirido en la feria de septiembre.
El juego de la materia prima podemos decir que ha sido extraordinario. En todas las novilladas ha habido novillos para el triunfo, que no han sido aprovechados en toda su dimensión y algunos de los que lo han hecho, ha estado muy por debajo de la exigencia y la calidad de los novillos lidiados. Han destacado sobre todas las demás dos ganaderías, "Valdefresno" y "Baltasar Ibán", que presentaron dos encierros francamente serios y encastados, con ejemplares realmente bravos, especialmente la segunda.
Comenzó la feria con un encierro desigual de "La Quinta", en el que destacaron los ejemplares lidiados en 1º y 2º lugar. Nobles y manejables, el conjunto careció de la casta con que nos deleitaba hace no muchos años, pero sí que dio opción a que se pudieran cortar más trofeos que la solitaria oreja que contó Damián Castaño del segundo de la tarde.
Al día siguiente "Valdefresno" puso el interés en el ruedo presentando una novillada muy seria, con ejemplares bravos y encastados, destacando el lidiado en primer lugar por Conchi Ríos, la cual demostró que no venía de "paseo" y cortó dos orejas de este ejemplar. La novillada estuvo muy por encima de la terna, quedando en un mano a mano, por cogida de David Galván en el tercero de la tarde, entre la fémina y Víctor Barrio, y que, francamente, no estuvo y pasó con más pena que gloria por el ciclo.
La tercera perteneció al hierro de "Pedraza de Yeltes". Rematada y cómoda de cara, no tuvo excesiva fuerza, siendo manejable y soso el conjunto, que sirvió para estar mejor de lo que estuvieron los tres matadores. Tan solo López Simón cortó dos orejas de un ejemplar, que hizo quinto, al que se le concedió la vuelta al ruedo póstuma, sin criterio alguno para tal mérito.
El sábado tocó el turno a los veraguas de "Prieto de La Cal", mansos y descastados en conjunto, fue sin duda la decepción de la feria, en la que tan solo el segundo de la tarde tuvo un poquito más de raza que sus hermanos.
Y cerró feria la ganadería de "Baltasar Ibán", poniendo un magnífico broche de oro a una feria en la que el interés, especialmente el ganadero, ha sido lo más destacado por los aficionados. Una novillada seria, brava y encastada. Un pleno histórico, pues no se recordaba una novillada tan completa como la de Ibán, desde hacía muchos años, en la que debieron dar la vuelta al ruedo al primero y en la que resultó indultado el sexto novillo de la tarde por Fernando Adrián, del que recibió las dos orejas y el rabo simbólicos.
En cuanto a la "mano de obra", es decir: los novilleros, podemos decir que no han estado a la altura de los novillos lidiados ninguno de los actuantes. Una lástima que tengamos el escalafón de novilleros tan bajo de calidad y conocimientos para la lidia y el espectáculo. Aspecto este último en el que tan solo destacó el novillero Emilio Huertas, que cuando menos puso sus dos toros en suerte, como es debido.
Quizá no sean todos los que son, ni hayan estado todos los que debieran haber estado; lo único cierto que puedo decir sin miedo a equivocarme, es que, la mayoría de los ejemplares con opciónes, habrían dejado más de una "figura" con los pantalones en los tobillo.
Quedan las última ferias del año, de la temporada española. Y cuando se cierren habrá que meditar, y no poco, de lo que tenemos encima y de lo que está por venir (dicen). Pero quienes tienen que meditar y mucho, son los profesionales. Porque la fiesta está comenzando a estar vacía de contenido y no se bislumbra en el horizonte la luz de nadie que pueda dar a esto el interés que debería. Hoy, al aficionado, no nos mueve tal o cual torero, o novillero. Lo que nos mueve es el TORO con mayúsculas que, sin duda alguna, ha salido en Arnedo.
Una vez más... Enhorabuena a la ciudad del calzado; enhorabuena Arnedo.
Al día siguiente "Valdefresno" puso el interés en el ruedo presentando una novillada muy seria, con ejemplares bravos y encastados, destacando el lidiado en primer lugar por Conchi Ríos, la cual demostró que no venía de "paseo" y cortó dos orejas de este ejemplar. La novillada estuvo muy por encima de la terna, quedando en un mano a mano, por cogida de David Galván en el tercero de la tarde, entre la fémina y Víctor Barrio, y que, francamente, no estuvo y pasó con más pena que gloria por el ciclo.
La tercera perteneció al hierro de "Pedraza de Yeltes". Rematada y cómoda de cara, no tuvo excesiva fuerza, siendo manejable y soso el conjunto, que sirvió para estar mejor de lo que estuvieron los tres matadores. Tan solo López Simón cortó dos orejas de un ejemplar, que hizo quinto, al que se le concedió la vuelta al ruedo póstuma, sin criterio alguno para tal mérito.
El sábado tocó el turno a los veraguas de "Prieto de La Cal", mansos y descastados en conjunto, fue sin duda la decepción de la feria, en la que tan solo el segundo de la tarde tuvo un poquito más de raza que sus hermanos.
Y cerró feria la ganadería de "Baltasar Ibán", poniendo un magnífico broche de oro a una feria en la que el interés, especialmente el ganadero, ha sido lo más destacado por los aficionados. Una novillada seria, brava y encastada. Un pleno histórico, pues no se recordaba una novillada tan completa como la de Ibán, desde hacía muchos años, en la que debieron dar la vuelta al ruedo al primero y en la que resultó indultado el sexto novillo de la tarde por Fernando Adrián, del que recibió las dos orejas y el rabo simbólicos.
En cuanto a la "mano de obra", es decir: los novilleros, podemos decir que no han estado a la altura de los novillos lidiados ninguno de los actuantes. Una lástima que tengamos el escalafón de novilleros tan bajo de calidad y conocimientos para la lidia y el espectáculo. Aspecto este último en el que tan solo destacó el novillero Emilio Huertas, que cuando menos puso sus dos toros en suerte, como es debido.
Quizá no sean todos los que son, ni hayan estado todos los que debieran haber estado; lo único cierto que puedo decir sin miedo a equivocarme, es que, la mayoría de los ejemplares con opciónes, habrían dejado más de una "figura" con los pantalones en los tobillo.
Quedan las última ferias del año, de la temporada española. Y cuando se cierren habrá que meditar, y no poco, de lo que tenemos encima y de lo que está por venir (dicen). Pero quienes tienen que meditar y mucho, son los profesionales. Porque la fiesta está comenzando a estar vacía de contenido y no se bislumbra en el horizonte la luz de nadie que pueda dar a esto el interés que debería. Hoy, al aficionado, no nos mueve tal o cual torero, o novillero. Lo que nos mueve es el TORO con mayúsculas que, sin duda alguna, ha salido en Arnedo.
Una vez más... Enhorabuena a la ciudad del calzado; enhorabuena Arnedo.
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