PORTÓN DE TORILES

PORTÓN DE TORILES
"POR UNA FIESTA ÍNTEGRA"

viernes, 15 de julio de 2011

JUAN MORA, LA DIGNIDAD DEL TOREO

Pamplona, jueves 14 de julio, 2.011

8ª de feria

Toros de: "NÚNEZ DEL CUVILLO", mansos, descastados, astifinos pero anovillados; con mucho peligro el cuarto, y raza que no casta, el quinto.

Para:
  • JUAN MORA (añil y oro) leves palmas y ovación
  • "EL JULI" (celeste y oro) silencio y dos orejas
  • SEBASTIÁN CASTELLA (azul pavo y oro) silencio y silencio

Presidente: D. JUAN JOSÉ ECHEVERRÍA
Asesor artístico: D. FERNANDO MORENO
Asesor veterinario: D. JESÚS Mª RAZQUIN

Se excedieron en la concesión de la segunda oreja a "El Juli" en el quinto de la tarde. Debió devolver más de un toro, es más debieron echar la corrida para atrás pero... estaban las figuras por medio

Incidencias: tarde soleada con viento que molesta en ocasiones, pero que se echó a mitad del festejo.
Dignidad torera pagada con sangre de TORERO grande, ha sido el balance de una tarde de saldo ganadero, en la que "El Juli" ha cogido el premio gordo del "sortero". Ese podría ser el resumen de una tarde, en la que el atractivo no eran los tres toreros del cartel, sino los toros de "Núñez del Cuvillo". Por lo menos así pude escuchar antes de la corrida en algunos corrillos, en los que se ensalzaban y alababan las virtudes del toro indultado en Sevilla por el rey del destoreo y del pico, el Sr. Manzanares. Pero... salieron ranas, y de no ser por los pocos pero magníficos muletazos que nos ofreció Juan Mora, la corrida no hubiera pasado, de hecho no pasó, de vulgar e indecorosa. Y salieron ranas porque la bravura no apareció por ninguna parte; porque la mansedumbre fue generalizada en los seis -lo del quinto a mí sólo me pareció raza y genio, que la gente confunde con casta-; porque el conportamiento en el caballo fue pésimo y risorio, y de ello dan muestra los diez picotazos, una vara al primero y un puyazo demoledor al manso y peligroso cuarto.

Y si el triunfador del ciclo va a ser "El Juli", con el toreo veraniego y más digno de aquellos programas de televisión en los que soltaban alguna vaquilla, que de una plaza de la categoría de la que se le supone a Pamplona, el que va a ser triunfador moral, va a ser Juan Mora. Un Juan Mora que ha pagado con sangre y ha elevado el toreo a categoría superior al entregarse por completo ante un toro, el cuarto, que anunció su peligro por el pitón derecho nada más salir, y por el que apretaba para adentro y se colaba. En una de estas coladas le infirió un buen golpe, que acusó durante la lidia. La cornada vendría en el remate de una serie de muletazos sueltos, templados, largos y profundos con la mano izquierda que tras rematar, el toro le alcanzó con el pitón derecho para lanzarlo y clavárselo conforme caía prácticamente a plomo y se lo hundía hasta la cepa.Y, va a ser el triunfador moral del ciclo porque en una tarde en la que el "torito" impuesto por las figuras nos estaba dando un esperpentico espectáculo en todos los aspectos, Juan Mora, dándose cuenta de que la tarde iba cuesta abajo y sin frenos, quiso, echarse la tarde a la espalda, sacando la cara por toda la profesión, jugándose la vida de verdad ante un toro manso y peligroso como fue el cuarto de la tarde, que olía a "hule" desde que le dio el primer capotazo.

Antes, los tres primeros toros, anovillados y blandengues, habían dado un penoso espectáculo de mansedumbre y borreguez, llegando a echarse antes de entra a matar, el segundo, y buscando hacerlo nada más iniciar la faena, el tercero de la tarde. Esto iban siendo los "cuvillos".

"El Juli", en su primero, se dedicó a torear como en su anterior tarde, es decir: fuera de cacho y con el pico de la muleta por el pitón derecho. Por el izquierdo el becerrito no quería nada, y menos eso que se llama embestir. Con el quinto al que no se picó y llegó con movilidad a la muleta, más de lo mismo hasta que en la última tanda se esforzó un poquito y ligó una buena serie de muletazos con la derecha, rematada con dos de pecho. Recetó un bajonazo alevoso que hubiera sido suficiente para que una presidencia con criterio hubiese negado la segunda oreja, y así la puerta grande.

Sebastián Castella, perfilero y quitándose en cada muletazo en sus dos oponentes, pasó con más pena que gloria por la feria en la que sólo tenía esta actuación. El tercero de la tarde buscó echarse como su hermano en varias ocasiones. Alargó la faena demasiado, cuando el público estaba pidiendo que matase al animal. Con el sexto, nada más que medios muletazos, con la muleta retrasada para alargar la embestida del manso. Nunca entenderé porque un torero se ayuda de la espada cuando no hace viento, para probar al toro por el pitón izquierdo... o mejor sí. Con la espada estuvo fatal, un pinchazo hondo y bajo, junto a dos golpes de verduguillo, a su primero; y un bajonazo infame al que cerró plaza.

Esto ha dado la última de feria, y esto ha dado la pobre feria de la que en breve haré un breve resumen con todos los toros lidiados con los puyazos recibidos y el comportamiento de los mismos.


Un abrazo a todos los que me habéis aguantado. Pero... SIN TORO NO HAY FIESTA, y merece la pena decirlo alto y claro.

!!! VIVA SAN FERMÍN ¡¡¡

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