Interesante tarde de toros ayer en Peralta, con una novillada de "Rocío de la Cámara" que puso emoción en todo momento e interés en el público, viendo pasar los novillos y marcharse con las orejas puestas al desolladero. Y es que ayer hubo una novillada importante, muy para el aficionado. Importante por la presentación; importante por el comportamiento variado; importante porque ninguno vendió a precio de saldo su vida; importante porque el novillo pidió las señas de identidad de los que quieren ser algo en el toreo. En definitiva, importante porque no fue una vulgar borregada.
Ayer, finalizado el festejo, cuando comentaba y pasaba información con aficionados de toda España, hubo uno, Ignacio, que me terminó por definir la novillada, el "titular" era perfecto: "para triunfar con cojones y de verdad...". Creo que esta definición va como anillo al dedo para que el aficionado entienda con claridad lo que ayer saltó al ruedo. Una novillada muy bien presentada, con cuajo, con seriedad en sus miradas y limpieza en los pitones, es decir: con TRAPÍO. Ese "palabro" que algunos tienen olvidado o simplemente les cuesta definir.
Y por allí pasaron tres que echaron la tarde, que dejaron ir la novillada sin someter a ninguno de los novillos, dejándoles ir siempre a su aire, sumando las malas y desordenadas lidias de las cuadrillas, de las que sólo se salvaron dos "VENTURITA" y PEDRO GONÇALVES en banderillas.
Abrió cartel Imanol Sánchez que hacía su despedida de novillero. Quizá la proximidad de la alternativa, hizo que no se centrara con el buen primero, algo justo de fuerza, pero con calidad, nobleza y castita en sus embestidas, y que debió irse para el desolladero sin alguno de sus apéndices. El novillo tomó dos varas, muriendo en el centro del ruedo con la boca cerrada. Imanol abusó de las cercanías desluciendo al novillo que no quería saber nada de distancias cortas. Se se silenció labor la del novillero.
Otra cosa fue el cuarto, manso en todos los tercios, tuvo una lidia penosa y desordenada, de la que solo se salvó la profesionalidad y buen hacer de "VENTURITA" en banderillas, que viendo la condición de mansedumbre del novillo que no salía de tablas, dejó dos pares con exposición, solvencia y torería, citando de dentro afuera y clavando arriba, por lo que escuchó una larga ovación con el público puesto en pie.
Imanol Sánchez planteó una faena en chiqueros para cumplir con el expediente. Debió cambiar de terrenos al novillo pero no lo hizo, aunque tampoco hubiera cambiado la condición del animal. Se volvió a silenciar su labor.
Mario Alcalde tuvo delante al segundo de la tarde, un novillo con cuajo y trapío. Un novillo importante, que no puso en ningún momento las cosas fáciles al novillero. Nunca le volvió la cara al animal, aunque tampoco acertó a someter ni a cogerle el son, siendo desbordado en ocasiones. En mi opinión el novillo quería mano baja, mando y temple. Dejó una buena estocada, recibiendo una ovación que saludó.
El quinto fue un toro manso, sosote y con poca transmisión, no diciendo nada, como tampoco dijo el novillero, que se limitó a "torearlo" en cercanías, sin cruzarse y siempre en el mismo terreno. Esta circunstancia hizo que nos quedásemos sin saber si el novillo tenía algo más dentro. Yo me quedé con las ganas de haberle cambiado los terrenos y haber dado más distancia. Pese a la estocada baja, y que la labor no dijo nada, el público le premió con otra ovación que volvió a saludar.
Cerraba cartel un Rafael Cerro que se le ve muy asentado y que necesita ya del toro. Su primero fue un novillo que hizo cosas feas por el pitón derecho, por el que siempre embistió por arriba, sin humillar y en ningún momento a los engaños, poniendo en dificultades a la cuadrilla. Se le pegó muy fuerte en varas. Otra cosa fue por el pitón izquierdo, el cual debió exprimir un poco más Cerro. Dudó a la hora dejarle puesta la muleta en la cara para ligar los muletazos. Cortó muy pronto la labor, silenciándose su labor.
El que cerró plaza fue sin duda el novillo de la tarde, de hechuras intachables a todo el mundo gustó en el sorteo. Demostró clase y casta en el caballo, no lo quisieron castigar mucho. Tomó una vara empleándose con la cara abajo y romaneando al caballo, no queriendo ponerlo otra vez ante el caballo. Galopó y transmitió en banderillas, no mereciendo el pésimo tercio al que le sometió la cuadrilla; brega penosa, exceso de capotazos y pares lastimosos.
Cerro comenzó bien la faena, dando sitio y toreando para el novillo, para ir perdiendo gas el torero y dedicarse al toreo vulgar y encimista, del cual no quería saber nada el animal que galopó y transmitió siempre que se le dio distancia.
Hoy tenemos un novillero con futuro José Garrido.Suerte torero. Nos vemos hoy en Peralta
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