Créanme, que con la que está cayendo en este país y en el mundo, hablar de gato es casi demencial. Pero creo que el mundo no se acabará, de momento, y habrá que seguir trabajando. En estos momentos, con lo que hay que trabajar es con FE. Con FE firme en nuestra creencias, con la ESPERANZA del que espera de verdad, y con CARIDAD porque no hay que olvidarse que no estamos solos, y que lo que tenemos encima y además está por venir, no va a ser fácil.
En 2.008 hice un resumen, que lo publique en mi antiguo blog, de lo que fue aquella triste feria, la primera que el ayuntamiento "entregó" a una empresa para su gestión. No quiero remover... arena pasada, pues de los errores hemos de aprender todos. Y cuando digo todos... es todos... yo incluido.
Incluiría todo el artículo, pero prefiero incluir sólo la parte final de aquella "reflexión", Y decía así:
... Pero ya pasó y creo sinceramente que todos debemos meditar lo ocurrido. El Ayuntamiento el primero y más profundamente; el Club Taurino, los aficionados y mucha más gente que también debería de pensar, cuando menos, más en el bien común que en el personal... pero claro les gusta más pasearse con los ganaderos amigos, que la fiesta en sí. Estos últimos deberían cuando menos callarse o hablar de frente y no por detrás.
Mientras no pensemos en nuestro pueblo, más que por encima de intereses políticos, personales y sociales, esto no tiene visos de solución. El Ayuntamiento se escuda en el coste de la feria, pero debe entender que todo lo que sea cultura es coste para un ayuntamiento, teatro, cine, toros, fiestas, etc. Y si todos ponemos nuestro granito de arena es posible que la feria de Peralta reviva.
Esto es lo que dije, y lo que sigo pensando. Sin reproches, ni rencor.
Es más, entiendo que la delicada situación por la que pasa la economía haga, ahora más que nunca, necesario que sea una empresa la que gestione nuestra plaza de toros. Pero eso no quita para que haya una comisión de seguimiento, que vigile lo que nos ofrecen y se impliquen en el cumplimiento del contrato de adjudicación. Una comisión implicada y comprometida, no interesada en tener una finca que visitar los "fines de semana".
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